El Organismo Internacional de Energía Atómica informó que el gran “sarcofago” que cubre el reactor 4 de Chernóbil resultó dañado tras un ataque con drones, comprometiendo su función principal: confinar la radiación del accidente de 1986. Según los inspectores, la estructura presenta afectaciones en su revestimiento externo, y por eso ya no puede garantizar su capacidad de contención. Sin embargo, los expertos aclaran que los niveles de radiación en la zona permanecen estables y no se ha detectado ningún aumento peligroso. Las autoridades ucranianas y organismos internacionales trabajan en planes de reparación para evitar un deterioro mayor de la cúpula en los próximos meses. Situación en desarrollo. Las agencias de seguridad nuclear mantienen vigilancia constante y descartan, por ahora, un riesgo inmediato para la población.



